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50 aniversario de la promoción 61/62

Estoy nervioso, excitado. El Padre Puig
también lo estaba el otro día cuando
tuve la oportunidad de hablar con él.

Me llamó a las 11 de la noche a casa:
“Aquí me tienes, esperando que llegue el
momento de veros”. Hace 25 años, yo
no estaba tan nervioso. Recuerdo muy
bien que os escribí desde mi despacho
del periódico en Alicante; que el teletipo
no paraba de vomitar noticias intrascen-
dentes que provocaban carcajadas en
los compañeros de redacción. Todo es
tan diferente ahora… Han pasado tantos
acontecimientos… ¿Se nos ha ido real-
mente la vida?

En mi escritorio veo todos los días la foto
que me hizo llegar Francisco Sánchez
Jurado: la formación del equipo de fút-
bol de tercero en un partido el Día de
la Inmaculada. El Padre Cortés captó
un momento realmente entrañable: Ra-
fael Galiana, de central, volcado sobre
dos compañeros, casi abrazando a todo
el equipo, su cara de bondad. Mano-
lo Fernández, rodilla en tierra, ingenuo
y sonriente. Recuerdo que fue ese día
cuando Manolo me bautizó con el so-
brenombre de Lagartijo. En el vestuario,
al finalizar el partido: “¡Coño, si pareces
un lagarto!”

Manolo y Rafael –también Rafael Iniesta,
el que tenía una novia que se llamaba
Chitín, y el Torelló, en clase de filosofía,
exprimía la ironía de su mala leche para
llamarle la atención: “¡Iniesta, chitín!”– nos
abandonaron súbitamente, pero yo recu-
pero sus imágenes todos los días cuan-
do me siento ante el ordenador y me

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