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Visita a la Fragata “Méndez Núñez”

 9  Visita a la Fragata “Méndez Núñez”

20  Creo que no os descubro nada si os digo que        Le debo mucho al Colegio, en lo académico y en
    el pasado 18 de septiembre cumplí uno de mis       lo humano. El alto nivel de exigencia, la excelencia
    sueños de infancia: visitar Alicante al mando de   en la docencia y lo avanzado de los programas
    un buque de la Armada y poder recibir a bordo a    de estudio, sin duda me permitieron afrontar con
    familiares y amigos, incluyendo a antiguos profe-  solvencia el exigente concurso oposición que me
    sores y alumnos del Colegio Inmaculada Jesuitas.   permitió ingresar ya hace más de veinticinco años
    Considerando que fui alumno entre los 6 y los 18   en la Escuela Naval Militar de Marín (Pontevedra),
    años, os resultará obvio comprender que dicho      la Academia donde se forman los Oficiales de la
    sueño nació, tomó forma y en parte se hizo posi-   Armada, y asentar los fundamentos intelectuales
    ble durante mis años de convivencia con profe-     que la carrera militar demanda a diario.
    sores y compañeros. Utilizando términos náuti-
    cos, la singladura de mi vida profesional comenzó  Pero con la perspectiva que facilita el tiempo,
    en nuestro querido Colegio.                        creo que más determinante fue aún la formación
                                                       de mi espíritu con la transmisión de tantos valores
                                                       personificados en nuestros profesores (religiosos
                                                       y seglares).

                                                       Como el otro día emocionado le confesaba a
                                                       bordo a mi querido “primer profesor”, Fernando
                                                       Parreño, el espíritu de servicio, el afán de supera-
                                                       ción, el compañerismo, la responsabilidad… los
                                                       aprendí, por ósmosis directa, en las laderas de la
                                                       “Serra Grossa”.

                                                       Mientras escribo acuden a mi mente las caras
                                                       de tantos excelentes y queridos profesores: los
                                                       Parreño, Penalva, Albarracín, Paco Tornell, Limi-
                                                       ñana, Villar, Moreno... Los hermanos Meseguer,
                                                       Mayrata, Mompó, Sivera y tantos otros. Aunque
                                                       algunos ya no están entre nosotros físicamente,
                                                       estoy seguro que aún viven en nuestra memoria.
                                                       Las vivencias son igualmente numerosas y en-
                                                       trañables: el tránsito a las clases en “formación”,
                                                       el uniforme, los partidos de fútbol en los campos
                                                       de tierra, las subidas a la Sierra, los conciertos y
                                                       actividades en el inmenso salón de actos, las ac-
                                                       tividades deportivas en nuestro estadio, la piscina

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