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Corremos juntos por Nazaret 2015

Y la dureza del terreno, que comienza casi al principio del los rostros de los niños se iluminan cuando en meta les es-
recorrido, apenas supone un obstáculo. Las piedras del ca- pera Joaquín Villar con una medalla que significa un triunfo; el
mino en el ascenso no nos frenan y los gritos de ánimo se de la solidaridad con los más desfavorecidos y su compro-
mezclan con la admiración de los caminantes que contem- miso con el deporte como forma de vida.
plan atónitos una larga y compacta serpiente naranja que
respira cada vez con más fuerza. La cima está ya muy cerca No puedo estar más orgulloso de mi familia colegial ni más
y la luz se hace más intensa. Los voluntarios, del grupo Scout agradecido a todos los que imaginaron y después han lleva-
Mafeking, nos indican por dónde continuar y por fin vemos do a cabo esta maravillosa iniciativa. En especial a la Junta
nuestro mar, hermoso y tranquilo, que nos acompaña duran- Directiva de la Asociación de Antiguos Alumnos y por su-
te los siguientes kilómetros de carrera, llana aunque cam- puesto a Joaquín Villar, culpable de que amemos el deporte.
biante. Hemos recuperado un poco el aliento y hasta nos El año que viene volveremos, si Dios quiere, a vernos allí de
permitimos bromas y conversaciones breves con nuestros nuevo. Con la ilusión intacta en renovar nuestro compromiso
compañeros de ruta. La Sierra de San Julián se vislumbra con Nazaret y con la certeza de que seremos muchos más.
cada vez más cercana y la imagen del castillo de Santa Bár- Este proyecto es ya una realidad que seguirá creciendo y
bara, a lo lejos, es de una belleza incomparable. afianzándose en el futuro. Y además, la serpiente esta vez
será de otro color.
Ya comienza un descenso engañoso que es preludio de la
última ascensión, ya en dirección al Colegio. Empapados en Rafael José Pérez Cambrodí
sudor seguimos corriendo, luchando. Las piernas ya notan
el cansancio pero a lo lejos se oyen los gritos de ánimo de Promoción 85-86
los nuestros, orgullosos de nuestro esfuerzo. Y la llegada al
campo de atletismo es impresionante. Volamos en los últi-
mos metros y nos sentimos vencedores. Nos abrazamos a
quienes entran con nosotros en meta y a los que ya habían
llegado antes, y esperamos con una gran sonrisa a los que
muy pronto alcanzarán también el objetivo.

Casi no hay tiempo para el descanso. Hay que estirar un
poco y relajar los músculos en tensión y prepararnos para la
gran fiesta de la carrera de 3 kilómetros. Cientos de niños y
adultos se aglomeran en el centro del estadio para el calenta-
miento. Esta vez el recorrido no es tan duro pero el esfuerzo
no es pequeño para el que comienza a correr. Sin embargo,

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