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Esa maravillosa excusa
12 Esa maravillosa excusa
26 “Siempre me han gustado las escaleras del cole- a las 8.15, ni 8.10, ni siquiera a las 8.05. ¡¡A LAS
gio, en especial las de la fachada principal, allí me OCHO!!”
hicieron mi primera foto colegial con apenas seis Enormes las ganas de compartir fin de semana
años, hace unos días, cuarenta y cinco años más en Madrid, futboleros y padeleros, en un desafío
tarde, la foto volvía a repetirse”. deportivo contra nuestros compañeros de Nuestra
¡No me lo podía creer! Eran las 8.02 am de un Señora del Recuerdo en Madrid.
sábado otoñal y yo era el último en acudir a la La organización perfecta; horarios, autobús, atrez-
convocatoria que nuestro Presidente Máximo zo deportivo, reparto de habitaciones (unos con
había lanzado vía Whatsapp: “Señores, mañana más suerte que otros)…incluso nuestro eficaz
nos vamos: A LAS OCHO EN EL COLEGIO, no tesorero dispuso de un chocolate caliente acom-
pañado de unas magníficas porras (gracias Luis).
Periscopio 2015 Nuestro conductor Pablo, ejerció de fotógrafo e
inmortalizó al grupo en las escaleras de la facha-
da. Salida hacia Madrid con el himno del colegio
sonando en los altavoces del bus.
Llegada a Madrid a las 15.00 h. tras un viaje sin in-
cidencias, a las 16.00 h. todos en el vestíbulo del
hotel listos para desplazarnos a Chamartín y co-
nocer a nuestros adversarios. Llegada a las 16.30
h., paseo por el colegio y nos dirigimos hacia los
vestuarios para cambiarnos. (Podemos estar muy
orgullosos de nuestras instalaciones, nuestro es-
tadio con sus pinos y su montaña).
El primer gol lo metimos nosotros, dieciocho juga-
dores en cancha calentando, todos perfectamen-
te uniformados; sudadera, pantalones, calcetas y
doble equipación por aquello de coincidencia de
colores, el atrezzo es fundamental, realmente pa-
recíamos un equipo, los de Madrid flipaban; es-
cribieron en su página: “Menuda lección nos ha
dado el colegio de Alicante y su asociación. En-
horabuena Máximo, menuda organización, ¡lo qué
tenemos que mejorar en Madrid¡”
Muy a mi pesar y como veterano del equipo, ejercí
de capitán. En el sorteo de campos, Pablo, el ca-
pitán rival me comentó:
– Le habéis echado un par viniendo tantos a
jugar al fútbol a Madrid. ¿Qué dicen vuestras
mujeres?

