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Esa maravillosa excusa
– Pablo, el fútbol es sólo una excusa, una maravillosa excusa rencias de edad y lo fácilmente que se adaptaron nuestros
para conoceros, visitar Madrid, compartir unas cervezas y
desconectar de los problemas. El fútbol equilibra lo físico
y mental, nos hace ser mejores, y encima mantenemos la
forma física. Nos han educado en la cultura del deporte y
mientras podamos vamos a seguir al pie del cañón.
– Y a, pero… ¿Qué dicen vuestras mujeres?
– ¡Que somos unos golfos!
Partido equilibrado, excelente comportamiento del equipo ri-
val, misma educación, mismos códigos y todos los despla-
zados dispusimos de minutos para demostrar el fútbol que
llevamos dentro (unos llevamos más que otros).
Mientras tanto nuestros compañeros de pádel se dirigían ha-
cia las pistas anexas para disputar sus encuentros; pantalón
oscuro, camiseta blanca y calcetines blancos; impecables;
gracias Santi por tu tiempo y tu dedicación. Según me cuen-
tan los partidos fueron entretenidos y el buen ambiente reinó
entre los participantes.
Ya por la noche compartimos unas cervezas con los madrile-
ños, nosotros una magnifica cena donde todo el mundo pudo
comentar sus impresiones de lo sucedido durante la jornada.
A modo de concentrar lo sustantivo del desplazamiento, me
quedo con el magnífico comportamiento de todos los des-
plazados, tanto en el aspecto deportivo como humano; la
buena relación existente entre nosotros a pesar de las dife-
compañeros de pádel a la dinámica de los futboleros, mucho
más numerosos.
Doy las gracias en mi nombre y en el de todo el grupo a los
que con su tiempo y buen hacer, han hecho posible que este
fin de semana haya sido un éxito, además les animamos a
organizar un nuevo encuentro deportivo. ¡¡¡GRACIAS!!!
Ricardo Capell.
Promoción 82-83
La anécdota: Viaje de vuelta; conversación mientras comía-
mos un bocadillo en el restaurante Juanito entre un vendedor
de cupones y un integrante del grupo.
– V endedor. ¿De dónde es ese escudo que lleváis en las
sudaderas?.
– A ntiguo alumno. Del colegio Inmaculada Jesuitas, somos
futbolistas.
– Vendedor. Pues tenéis cara de borrachos.
– Antiguo alumno. Bueno… es compatible.
Nota del autor: He intentado resumir el viaje lo más fielmente
posible, aunque me he tomado alguna que otra licencia en el
contenido.
Alguien dijo alguna vez: “los escritores tenemos que mentir
para poder contar la verdad”.