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L Aniversario
A continuación, la Santa Misa, oficiada por a lo demás y, bueno, también al frontón si nos
el citado Padre Alemany, que, dicho sea de dejaban uno libre.
paso, acudió a la llamada sin poner ni una
sola pega, es más, mostrando un cariño y un En cambio, los internos copábamos el coro,
interés muy especiales desde el mismo ins- con el hermano Azorín y hasta la llegada del
tante que nos pusimos en contacto con él. P. Escrivá (el Pruno) que echó mano de los
Como anécdota, puedo decir que lo localicé cursos superiores e incluyó grandes voces
por pura casualidad, leyendo El País el día mediopensionistas-. Otro rasgo distintivo se
siguiente a la proclamación del Papa Fran- producía los jueves por la tarde y los fines
cisco –una entrevista porque habían coincidi- de semana: los jueves, mientras los medio-
do años atrás en Alcalá de Henares en unos pensionistas paseaban por la Explanada, los
ejercicios espirituales-y, como es un jesuita internos jugábamos un partidillo y a continua-
mediático, le oí otra entrevista en la radio con ción nos empapábamos de los NO-DO e Imá-
motivo del fallecimiento de Monseñor Iniesta genes que la jerarquía política usaba como
(el obispo “rojo” de Albacete), al que le unía propaganda.
una entrañable amistad. La comida y las co-
pas tras la misma fueron el colofón a un gran Hay que hacer una excepción con los congre-
día que, dicho sea de paso, tenemos la obli- gantes que los jueves salían al “catecismo”
gación de repetir. con los caramelos y las máquinas proyecto-
ras para llevar algo de alegría a algunas ba-
Hablando de nosotros, los auténticos prota- rriadas digamos, desfavorecidas. Lo de los
gonistas, me permito afirmar que acumula- fines de semana significaba otro signo dis-
mos una enormidad de recuerdos, buenos, tintivo, los mediopensionistas, a lo suyo, los
regulares, malos (también) pero creo que no internos, uniforme, Misa, partidillos y cine por
viene al caso detallarlos, cada uno de noso- la tarde. Los internos de localidades cercanas
tros tiene los suyos y, quizás el tiempo se ha recibían la visita de sus padres y, en el me-
encargado de deformar la mayoría. No quiero jor de los casos, eso significaba el acarreo de
dejar la ocasión de resaltar algo que compar- comida extra que enriquecía el interior de las
timos durante, digamos, siete años, de pri- taquillas. Los internos de localidades lejanas,
mero a PREU. recuerdo a Caro (Q.E.P.D.) de Ávila, Fernán-
dez Docio de Madrid, etc., disfrutaban de los
Las circunstancias por nuestro origen nos cla- suyos de trimestre en trimestre.
sificaron entre internos y mediopensionistas.
Y ya, para terminar, vamos a lo que comparti-
Hasta PREU no compartimos lugares comu- mos que no es, ni más ni menos, una educa-
nes excepto las clases y los patios –brigadas ción exquisita, para aquellos tiempos y para
separadas, era lógico en la organización je- siempre y que, sin ninguna connotación cla-
suítica, y hasta fuimos distintos en los recreos sista, nos ha marcado en nuestras vidas. De
y valga un ejemplo: no recuerdo los cursos, muy niños, los recuerdos de profesores y sus
pero sí que el padre tutor de los mediopensio- enseñanzas se desvanecen pero a partir de
nistas era el Bistué (vasco de apellido y de es- cuarto o quinto, y no lo digo yo, lo he contras-
tirpe), gran aficionado al frontón y que atrajo tado con compañeros, las clases de Filosofía
como aficionados a sus pupilos que monopo- con el P. López-Monerris, de Literatura con el
lizaban los frontones; los internos, jugábamos P. Puig, de Historia con el P. Barcala, la lectura
Revista de la Asociación de Antiguos Alumnos Jesuitas Alicante Periscopio 2016 15

