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XXV Aniversario
se convertía en competición, las lecciones Llegábamos, de esta forma, al último peldaño
se endurecían. Lidia y la tabla periódica, los antes de saltar del trampolín. El mundo em-
“speellings” del Padre Mairata, María Antonia prendía una Guerra en un lejano Golfo y algún
y la Física, la sintaxis de Angelines, Tina con osado se atrevía a reseñar el parte de bajas
la Historia Contemporánea, el encomiable en la pizarra. No podíamos alejarnos de la ac-
apoyo psicológico de Irene Leach. Todos nos tualidad.
preparaban para el gran desafío que supone
la vida laboral. Se iniciaba el durísimo COU. Ahí quedan los
circunloquios del Padre Gallach y el Mito de la
De imborrable recuerdo fue aquella excursión Caverna. Los métodos cambiaban, ¡o bueno,
a Moraira organizada por ese cura moderno, no tanto! con las inmortales notas técnicas
de nombre Juan LLop. Todos los que allí estu- del Doctor Ramos, colegiado Nº 101, por no
vimos no podremos olvidar que, junto al fue- hablar de sus Philips 6-6. Especialmente in-
go de una hoguera, por unos instantes, nos tensas fueron las clases de formulación con
sentimos libres y creadores. el Sr. Moreno.
Sin duda nos hacíamos mayores. El fútbol En ese ambiente, aparecieron auténticos es-
desaparecía del tiempo de recreo. No fuera pecialistas de la revisión de exámenes so-
a ser que nos despeináramos. Otras inquie- bretodo con Josep en Valenciano. Hacíamos
tudes tenían prioridad. Experimentamos jun- bandera del agobio académico, como excu-
tos, el dislate de creernos mayores sin serlo. sa, en ocasiones, para hacer tutorías o depor-
Esperábamos como si no hubiese un mañana te.
la llegada del fin de semana. Porque amigos,
¡empezábamos a salir, ganábamos libertad!… Nos incitaban a buscar la excelencia. Pobre
¡ay que fueron de aquellas tardes de Bugatti, de aquel que en las sesiones de orientación
ataviados con esos espantosos pantalones no decía que quería estudiar una ingeniería,
de marca Closed! o licenciatura, de las largas, de las más lar-
gas, de las más difíciles. Éramos los elegidos.
Nunca olvidaderos el tiempo de cantina o Nada podría con nosotros…. Don Eloy, el Sr.
sentados en las repisas de las ventanas Reyes, Félix Romero, Jaime Reus, José Mar-
sumidos en nuestro mundo particular. Para tínez lideraban la ardua empresa de culminar
siempre quedará de aquellos años, el re- con éxito la selectividad.
cuerdo de la eterna sonrisa que para todos
nosotros tenía nuestro compañero René Inolvidable fue el viaje de fin de curso, por
Maciá. cierto a un lugar de recogimiento y medita-
10 Periscopio 2016 Revista de la Asociación de Antiguos Alumnos Jesuitas Alicante

